jueves, 16 de diciembre de 2010

El día que todos los tambores se pusieron sombrero

Él: Atanor es un nombre que lleva ruído. Es un ruído rudo que se mece metálico entre los oídos, es un ruído seco y sin escombros, un ruído que cae y rebota siempre en la última sílaba, como no queriendo ahogarse en el siguiente silencio. Atanor es un ruído de esos que querían ser música o canción o tu nombre, Violeta, pero se quedaron en ruído, en simple demora de algo que nunca se quiso sentir ruído, que sólo quiso ser dicho. Atanor es un nombre de tambor, mi tambor viejo y despellejado de tantos golpeos, de tantos latidos de su piel combada que un día quizá fue vaca e incluso tierna ternera y hoy suena como un trueno tronando a través de mi recuerdo o de tu silencio. Atanor me suena a fábrica, pon, pon, pon, y lentamente me alzo, la sirena suena, la fila anda, los sombreros se levantan y mi memoria gatea hasta aquel sonido de tus labios pronunciando tu propio nombre. De pronto todos los sombreros llevan bajo sus alas un tambor, los pasos se mueven, los sones suenan y lo invaden todo. Atanor me tapa el silencio de pensar en ti.


Ella: Entre sus labios y el café hay una distancia imprecisa, no por la distancia en sí, sino por lo mucho que tarda el café en llegar a su boca. Yo lo miro desde el otro lado. Un escudo de voces me esconde al fondo de un bolsillo que él no percibe. Creo que no lee el periódico como le hace creer a todos. Está leyendo el cielo a través del ventanal, por encima del periódico. Sus ojos se mueven al ritmo de las nubes, esto lo sé por la humedad que dibuja el trayecto de su mirada. Está tan perplejo, ensimismado, mirando; que por un segundo me desintengro, asciendo y me dejo caer en la fusión pulmonar de las nubes, y cuando estoy frente a sus ojos, por fin, frente a sus ojos, y él por un segundo frunce el ceño como si no pudiera creer que allá arriba una mujer lo saluda, le hago saber entre silencios que si gira el rostro hacia la derecha, y me encuentra, dejará de buscar pájaros en la ancha espesura de las nubes.

2 comentarios:

...jebumarï... dijo...

excelente hermoso y buenísima la iniciativa.
he leído varios post y me han gustado todos.
lo que me gusta es que se nota ese encabalgamiento de a ratos en los que se vienen las palabras a la mente y se dejan fluir, y coinciden tan amablemente unas con otras, que el texto es justo justo lo que tenía que ser.
me gusta mucho la brevedad. y la dualidad, pfff!! eso es, estéticamente hablando, un regalo pal lector, queda muy bello. dos perspectivas de lo que supongo sería un mismo tema o momento en particular,
susiiii qué lindo encontrarte ahora acá. me pone contenta.
un gran abrazoooo

- dijo...

Jebumari, honor que nos haces con semejante comentario, de verdad. Pues te cuento algo curioso, Alex y yo no nos ponemos de acuerdo para escribir sobre el mismo tema, las coincidencias llegan a ser escalofriantes porque escribimos al mismo tiempo, el allá y yo aquí, el que entra de último simplemente edita la entrada más reciente, para que queden en un mismo post, pero además de eso no hay, en absoluto, ningún tipo de planificación, es simplemente lo que sale en cinco minutos de escritura automática, y ya, sin pulitura -salvo la estrictamente gramatical-. Es fabuloso que pases a leer, de más está decir que eres bienvenida -imagínate, una chica que escribe tan galaxia como tú-, también me pone contenta que nos encontremos por acá. Un abrazo inmenso para tí de mi parte y de Alex. =D

S.